martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo 3: El juego de la manzana.

Cuando llegué a casa, todos estaban dormidos, dejé las llaves con cuidado en la mesita del hall, me quité el vestido y caí rendida en la cama. Me despierto escuchando “Wake up in the morning” de fondo. ¡Otra vez mi hermano ha puesto la música demasiado alta! Cuando estoy a punto de salir de la habitación me doy cuenta de que estoy en ropa interior, así que cojo las sabanas y me envuelvo en ellas.
-¡Zack!
Pero no está, miro el reloj, las 13:35, claro que no está, estará en la playa, se han vuelto a ir sin mí. Entonces. . .¿y la música? Viene de la piscina. Me asomo, él me ve y baja el volumen.
-Buenos días. –dice sonriéndome.
-No sabes qué está prohibido poner la música tan alta?
-Vas a llamar a la policía?- Dice con aire desafiante.
-Puede. . . –y me meto de nuevo en casa. Dejo las sábanas sobre la cama, me pongo un bikini y mis Ray Ban. Voy a la cocina, bebo del brick de leche y cojo una manzana en una mano, dejando la otra libre para las llaves. Monto en el ascensor. Mierda! Otra vez sin peinarme. Cojo la manzana con la boca y me peino un poco con los dedos. En cuanto se abre el ascensor corro hacia la piscina, ahí está él, que al verme se empieza a reír mientras me quita la toalla para colocarla junto a la suya.
-Despeinada? No aprendemos eh. . .!
Me sonrojo de nuevo y me hago la enfadada, él sube un poco el volumen de la música y yo como mi manzana lentamente marcando cada mordisco. Se tumba a mi lado y me observa, noto sus ojos posados en los míos, pero le ignoro. Se levanta, se quita la camiseta y la deja a mi lado, se mete bajo la ducha helada y seguido se tira de cabeza al agua. Tiene músculos que desconocía. . .
-¿Te vienes?
-Esto eh. . .no. . .-Alzo la manzana como diciendo “Que no he terminado”.
Se apoya sobre el bordillo mirándome, esta vez le sostengo la mirada, espera a que acabe, pero tardo demasiado, se impulsa y sale del agua, me quita la manzana y le da un mordisco.

-Si la quieres ven a por ella.-Dice alejándose un poco de mi.
Evidentemente no me levanto, paso de entrar en su juego, pero él sigue mordiendo, se la va a acabar y era mi desayuno, así que al final me resigno y voy tras él, damos una vuelta a la piscina y cuando llega de nuevo a las toallas, apoya en la suya la manzana, corre hacia mí, intento  huir, pero me coge fuertemente de la cadera y. . .

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