sábado, 13 de agosto de 2011

Capítulo 4: Chapoteando

...al agua. Chapoteo un poco, me saca con su sonrisa de siempre, pero no me ha hecho gracia. Me deshago de sus brazos y nado hacia el bordillo, él se acerca y me abraza por detrás:
-¿Estás bien? Lo siento. . .
Me giro, está realmente preocupado, aprovecho para salpicarle en la cara quitándole importancia y me voy nadando risueña, la sonrisa vuelve a su cara.
-Esta me la pagas eh. –dice sin dejar de sonreír.
Nada hacia las escaleras, las sube, no puedo apartar la mirada de él, se mete en la ducha y se frota un poco.
-¿Qué haces?
-Me quito el cloro. –dice mientras se dirige a las toallas.
-Ah. . .bueno. . .
Justo cuando pasa a mi lado le salpico de agua, llenándole de cloro otra vez. Me mira desafiante y se lanza de cabeza en mi búsqueda. Intento escapar pero es inútil, es más rápido que yo. Cuando me alcanza suena la puerta de la piscina, nos separamos, él vuelve a ducharse. Es mi abuela, siempre es ella.
-Ah, hola cariño.
-Hola. . .-respondo un poco cohibida. Él se tumba en mi toalla, salgo del agua dispuesta a recuperarla, pero no me teme, así que me tumbo encima suyo. Se gira sobre sí mismo para ponerse boca arriba. . .decido actuar. Me acerco más a él, siento su aliento en mi mejilla, sus ojos me miran esperando, cierro poco a poco los míos. . . 

martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo 3: El juego de la manzana.

Cuando llegué a casa, todos estaban dormidos, dejé las llaves con cuidado en la mesita del hall, me quité el vestido y caí rendida en la cama. Me despierto escuchando “Wake up in the morning” de fondo. ¡Otra vez mi hermano ha puesto la música demasiado alta! Cuando estoy a punto de salir de la habitación me doy cuenta de que estoy en ropa interior, así que cojo las sabanas y me envuelvo en ellas.
-¡Zack!
Pero no está, miro el reloj, las 13:35, claro que no está, estará en la playa, se han vuelto a ir sin mí. Entonces. . .¿y la música? Viene de la piscina. Me asomo, él me ve y baja el volumen.
-Buenos días. –dice sonriéndome.
-No sabes qué está prohibido poner la música tan alta?
-Vas a llamar a la policía?- Dice con aire desafiante.
-Puede. . . –y me meto de nuevo en casa. Dejo las sábanas sobre la cama, me pongo un bikini y mis Ray Ban. Voy a la cocina, bebo del brick de leche y cojo una manzana en una mano, dejando la otra libre para las llaves. Monto en el ascensor. Mierda! Otra vez sin peinarme. Cojo la manzana con la boca y me peino un poco con los dedos. En cuanto se abre el ascensor corro hacia la piscina, ahí está él, que al verme se empieza a reír mientras me quita la toalla para colocarla junto a la suya.
-Despeinada? No aprendemos eh. . .!
Me sonrojo de nuevo y me hago la enfadada, él sube un poco el volumen de la música y yo como mi manzana lentamente marcando cada mordisco. Se tumba a mi lado y me observa, noto sus ojos posados en los míos, pero le ignoro. Se levanta, se quita la camiseta y la deja a mi lado, se mete bajo la ducha helada y seguido se tira de cabeza al agua. Tiene músculos que desconocía. . .
-¿Te vienes?
-Esto eh. . .no. . .-Alzo la manzana como diciendo “Que no he terminado”.
Se apoya sobre el bordillo mirándome, esta vez le sostengo la mirada, espera a que acabe, pero tardo demasiado, se impulsa y sale del agua, me quita la manzana y le da un mordisco.

-Si la quieres ven a por ella.-Dice alejándose un poco de mi.
Evidentemente no me levanto, paso de entrar en su juego, pero él sigue mordiendo, se la va a acabar y era mi desayuno, así que al final me resigno y voy tras él, damos una vuelta a la piscina y cuando llega de nuevo a las toallas, apoya en la suya la manzana, corre hacia mí, intento  huir, pero me coge fuertemente de la cadera y. . .

lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 2: El partido

…o al menos para mí, se levanta rápidamente sonriendo y me coge de la mano.
-Ven te enseñaré una cosa que te gustará.
Y así, salgo corriendo de su mano tras él.
Poco a poco disminuye la velocidad a la que corremos, hasta pararnos junto a una pista de baloncesto. No sé cómo no la había visto antes, es como las de las películas, ya es tarde pero hay muchos chicos jugando mientras otros miran y animan.
-Ey, ¿quién es?
-Bah una amiga. –dice Ian guiñándome un ojo.
-¿Juegas?
-Esto. . .yo. . .no gracias. . .soy muy patosa, mejor miro.
-¿Seguro? –me susurra Ian.
-Sí, sí. . .
Pensé que él jugaría pero no, se sienta a mi lado en un banco a observar el partido. Al principio me siento fuera de lugar pero poco a poco me voy integrando y al final acabo jugando. Ian es del equipo contrario, lo que me motiva más a jugar, ya que ganarle compensaría lo de mi peinado. Boto la pelota corriendo hacia canasta, ahí está él, voy a lanzar, se me acerca, se acerca demasiado, me mira, le miro, sus ojos. . .
-¡Venga Gina! –me animan los de mi equipo. Le esquivo y encesto. Todos gritan y corean mi nombre, el se ríe y mira el reloj.
-Bueno suficiente, me has ganado. Vamos, es tarde, debería llevarte a casa, ¿qué clase de vecino sería sino?
Me despido rápidamente y prometo que volveré, aunque no estoy muy segura de ello. Ian y yo volvemos caminando por la orilla, a mitad del camino se para, me mira, me coge la mano dubitativo y espera a que la aparte, pero eso no pasa, sonríe y seguimos caminando.