sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 1: El tiempo se detiene.

En la comida, mi padre me cuenta emocionado que han visto una medusa, por supuesto no le digo nada pero me parece más emocionante lo que me ha pasado a mí. Hago como que me arrepiento de no haber ido y sigo comiendo. En los dos días siguientes no pasa nada nuevo, por la mañana vamos a la playa y por la tarde a la piscina. Miro de vez en cuando a ver si “Él” está en su balcón, pero nada. El jueves por la tarde vamos a dar un paseo por un pueblo de aquí cerca, ni si quiera recuerdo su nombre, pero eso es lo de menos.
Después de cenar me pongo un vestido azul de tirantes, unas sandalias blancas, me cepillo el pelo de nuevo y me maquillo un poco, porque mi hermano me había prometido que hoy me haría una sesión de fotos, pero al llegar al salón se ríe de mí diciéndome:
-¿Te lo habías creído? Ja,ja,ja.
Pff, tener un hermano para esto. . .pero bueno ya que estoy vestida, voy a dar una vuelta por el paseo de la playa. El mar está precioso, la luna se refleja en el agua iluminando la orilla, y la playa está vacía a excepción de una pequeña familia que charla alrededor de una hoguera.
Me siento en el muro del paseo a observar el paisaje. El tiempo pasa pero no me doy cuenta, aunque tampoco me interesa qué hora sea. Oigo las pisadas de alguien, pero las ignoro, prefiero centrarme en el ruido de las olas al romper.
-Veo que te has peinado.
Me sonrojo, es más guapo de cerca. Viste una camiseta blanca, un vaquero pirata y va descalzo.
-¿Puedo sentarme?
No puedo decir palabra, así que me limito a asentir. Él se sienta a mi lado, su pantalón roza mi pierna.
-Es precioso ¿verdad?
De nuevo me limito a asentir.
-Por cierto me llamo Ian.
-Gi. . .Gina.
-Encantado. –y se abalanza a darme dos besos. Me quedo quieta sin saber muy bien qué hacer. Estamos un rato callados concentrados en el mar, de vez en cuando le miro de reojo, parece relajado, y yo sin saber dónde meterme. De pronto salta del muro, me coge con cuidado de la cintura y me lanza encima suyo, caemos a la arena, el tiempo se detiene. . .

viernes, 29 de julio de 2011

Introducción 4: Zack


Un chico delgado, poco más alto que yo y moreno, llega corriendo, se quita la camiseta, y se tira a lo bomba en la piscina, manchándola de arena y mojando a todos los de fuera. Bueno, ese es mi querido hermano Zack. Tiene un año más que yo, aunque aparenta menos, o por lo menos mentalmente. Ha repetido un curso, pero por suerte, mis padres le cambiaron de colegio, no quiero saber qué habría pasado si hubiéramos estado en la misma clase. . . Sus aficiones son pocas; el fútbol y molestarme.
-Ey Gina, ¿Tienes sed?

Sospechoso...

-¿. . .por?
Es entonces cuando se abalanza sobre mí y me hace una ahogadilla, pero seguro que mi madre no lo está viendo, o si lo ve pensará que es culpa mía, que algo le habré hecho yo. Escapo como puedo de sus brazos, justo a tiempo de no tragar agua. Mientras recupero el aire, la mirada se me va hacia el balcón del “chico de la piscina”, nada. Salgo del agua antes de que a mi hermano le vuelva a dar el venazo de hacerme otra ahogadilla, y me tumbo junto a mi abuela. Cuando me aseguro de que mis padres no me oigan le susurro:
-Oye abuela. . .¿sabes cómo se llama el chico de antes?
-¿Qué chico? –Grita.
-Tss, más bajo. Sí joe, el chico que te ha dicho lo de mi peinado. . .
-Ah, no. . .la verdad que no le había visto antes.
Perfecto, bah, y ¿qué más da?.  Me pongo las gafas mientras enciendo el ipod, mi hermano me grita algo pero paso, me pongo los cascos y subo el volumen para no oírle.
“Necesito verte aquí, tu mirada me hace grande”.

jueves, 28 de julio de 2011

Introducción 3: Buen salto!


Me sonrojo y me meto corriendo a casa. Voy al baño a mirarme en el espejo, bueno, me esperaba algo peor. Me cepillo el pelo rápidamente y me pongo una camiseta holgada. Tengo que reparar esa imagen que tiene de mí. Cojo mi toalla, el ipod y las llaves, salgo de casa y me meto en el ascensor, ¡mierda, las gafas! Vuelvo a casa a por las Ray Ban, cuando voy a coger el ascensor de nuevo, alguien se me ha adelantado, así que bajo las escaleras andando, nunca viene mal hacer ejercicio de más. Según entro en la piscina le busco con la mirada, pero él ya no está, probablemente haya sido quien me haya quitado el ascensor. Mi abuela se da cuenta de lo que hago y dice:

-Se ha marchado a casa, me ha dicho que te diga que le gusta tu peinado.
Ay Dios qué vergüenza! ¿¡Qué le gusta mi peinado?! ¿Pero qué se ha creído? Todavía tendré que salir arreglada a mi balcón por si hay alguien mirándome ¿no? Lo que hay que oír. Me quito la camiseta, dejo la toalla junto a mi abuela, apoyando las gafas en ella y sin pensarlo dos veces me tiro de cabeza a la piscina.


-¡Buen salto!

Me giro aturdida sin saber bien dónde buscar. Ahí. Es el chico de antes, ahora está en su terraza desde donde me observa con aires de superioridad. ¿Primero se ríe de mí y ahora se hace el majo?
-Bah, déjame en paz.-le respondo.
Se encoge de hombros y se mete en su casa. Así que yo sigo nadando un rato mientras mi abuela hace unos crucigramas y esperamos a que. . .ahí están.

miércoles, 27 de julio de 2011

Introducción 2: Pillada y sin peinar.


Oigo la llave en la cerradura, oh no! Bajo los pies de la mesa, echo al suelo todas las migas a la vista y me meto en la boca lo que quedaba de napolitana.

-Ah, ya estás despierta, tus padres se han ido a la playa con tu hermano, volverán para comer.
Bah, es sólo mi abuela. Antes he dicho que comparto habitación con ella, no es que viva con nosotros ni nada de eso, sino que teníamos una semana libre en julio y se nos ocurrió pasarla en su casa de veraneo. El plan me parecía divertido ya que tiene playa, piscina y allí siempre hace calor. Pero mi abuela es muy pesada, allí no conozco a nadie y mis padres no me dejaron traer la tabla de surf porque decían que no cabía en el coche. . .
-Cariño bajo a la piscina, ¿vienes?
-No gracias abuela, creo que me voy a dar un baño. . .y luego te miro desde la terraza, ¿sí?
-Como quieras. –dice mientras se va feliz con su toalla y su gafas de buceo.
Hay que ver, que bien sienta un buen baño por la mañana. Cuando veo que me empiezo a arrugar salgo, me pongo el bikini, me secó un poco el pelo con la toalla para no ir goteando por casa 

y me asomo al balcón para saludar a mi abuela. Probablemente llevaré unos pelos de loca, pero bueno, aquí nadie me conoce.

-Abuela! –Le grito saludándole con la mano.
Ella empieza a hacer muecas y señas raras hacia el agua, no le doy importancia porque no veo nada raro, espera. . .más allá de la piscina, hay un chico moreno de unos 19 años mirándome con una cara como diciendo “Ey, que sexy con ese pelo.” ¡Qué vergüenza!

martes, 26 de julio de 2011

Introducción 1: Sola en casa.

Me levanto algo cansada, anoche me quedé escuchando música hasta tarde para no oír los ronquidos de mi abuela, con quien comparto habitación. Si por mí fuera, me quedaría en la cama hasta la hora de comer, pero si tardo un poco, tendré que fregarme un vaso para la leche y la verdad que me da pereza. Salgo de la habitación cerrando la puerta a mi espalda, voy a la cocina y.  . .vale, llego tarde, ya no quedan vasos limpios, tendría que limpiar uno pero prefiero no desayunar. Eh un momento, estoy sola en casa, se han ido a la playa sin mí, lo que significa que tengo una rato para presentarme.

Nombre: Gina
Edad: 16 años, bueno. . .en verdad me quedan tres meses para cumplirlos pero tss.
Físico: soy una chica normal, alta, delgada, morena, ojos verdosos. . .lo dicho, normal.
Aficiones: me gusta el surf, tocar la guitarra, pasar horas al teléfono, escuchar música tumbada en la cama y en ocasiones leer.
Virtudes: me considero alegre, divertida, romántica, extrovertida, ecologista y responsable.
Defectos: tengo poca paciencia, me sonrojo con facilidad y soy bastante cabezota.
Algo más: si me caes bien, genial; si me caes mal. . . huye.