viernes, 29 de julio de 2011

Introducción 4: Zack


Un chico delgado, poco más alto que yo y moreno, llega corriendo, se quita la camiseta, y se tira a lo bomba en la piscina, manchándola de arena y mojando a todos los de fuera. Bueno, ese es mi querido hermano Zack. Tiene un año más que yo, aunque aparenta menos, o por lo menos mentalmente. Ha repetido un curso, pero por suerte, mis padres le cambiaron de colegio, no quiero saber qué habría pasado si hubiéramos estado en la misma clase. . . Sus aficiones son pocas; el fútbol y molestarme.
-Ey Gina, ¿Tienes sed?

Sospechoso...

-¿. . .por?
Es entonces cuando se abalanza sobre mí y me hace una ahogadilla, pero seguro que mi madre no lo está viendo, o si lo ve pensará que es culpa mía, que algo le habré hecho yo. Escapo como puedo de sus brazos, justo a tiempo de no tragar agua. Mientras recupero el aire, la mirada se me va hacia el balcón del “chico de la piscina”, nada. Salgo del agua antes de que a mi hermano le vuelva a dar el venazo de hacerme otra ahogadilla, y me tumbo junto a mi abuela. Cuando me aseguro de que mis padres no me oigan le susurro:
-Oye abuela. . .¿sabes cómo se llama el chico de antes?
-¿Qué chico? –Grita.
-Tss, más bajo. Sí joe, el chico que te ha dicho lo de mi peinado. . .
-Ah, no. . .la verdad que no le había visto antes.
Perfecto, bah, y ¿qué más da?.  Me pongo las gafas mientras enciendo el ipod, mi hermano me grita algo pero paso, me pongo los cascos y subo el volumen para no oírle.
“Necesito verte aquí, tu mirada me hace grande”.

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